Si alguien te dice que tiene un remedio fácil, cómodo y además divertido para adelgazar, seguro que es porque quiere hacer negocio con tu desesperación. Lo afirma el biólogo y nutricionista Juan Revenga, autor del libro Adelgázame, miénteme.
COMER MÁS Y DE MEJOR CALIDAD
Cada año miles de personas inician una cruzada contra su propio cuerpo con dietas aburridas, extravagantes, sin evidencia científica e incluso peligrosas. Con ellas se pierden kilos, pero más tarde se recuperan multiplicados por dos.
Por eso, muchos médicos aconsejan dejar de contar calorías y gramos, y consumir simplemente alimentos de verdad.
¿POR QUÉ QUIERES PERDER PESO?
El ideal cultural del cuerpo delgado tiene que ver mucho más con patrones estéticos impuestos por las multinacionales (de la moda, de la cosmética, de los suplementos…) que con necesidades de bienestar.
Vuelve el otoño. Vuelve la moda.
Porque delgadez no es necesariamente salud. Aunque la medicina actual haya «comprado» el discurso de que equivale a salud, muchas investigaciones demuestran que no es así exactamente.
Un estudio realizado por la Universidad Yeshiva de Nueva York halló que más de la mitad de las personas con sobrepeso evaluadas estaban perfectas de colesterol, glucosa, presión arterial y todos los parámetros que sirven para medir la salud. Y más aún: un tercio de las personas con obesidad también gozaban de una salud envidiable.
LOS ÍNDICES DE SOBREPESO, EN ENTREDICHO
¿Sirve entonces el Índice de Masa Corporal (IMC) para saber si nuestro peso es excesivo? Tampoco, al parecer, porque cada cuerpo tiene sus peculiaridades.
De hecho, una investigación estadounidense encontró que los pacientes con un IMC de entre 25 y 30 (considerado sobrepeso) tenía el 6% menos de probabilidades de morir prematuramente que los que tenían un IMC saludable.
Más que el peso, parece importante dónde se almacena la grasa en el cuerpo: alrededor de la cintura o del hígado puede ser un indicio de posibles problemas metabólicos y cardiacos. Y, obviamente, una obesidad morbosa perjudica la movilidad, la salud de los huesos y del corazón.
CÓMO TE SIENTES, UN MEJOR INDICADOR
En vez de caer en las trampas de la última dieta de moda, lo importante es estar bien, independientemente de lo que marque la báscula.
Eso significa sentirse flexibles porque las articulaciones y los músculos nos permiten llevar a cabo rangos de movimiento completos.
También con una buena energía vital a lo largo de todo el día, sobre todo por la mañana al levantarse y a primera hora de la tarde, lo que indica que los ritmos vitales están bien sincronizados.
Cuando se duerme sin problemas al menos siete horas, cuando se maneja razonablemente bien el estrés, y cuando la actividad física no supone un sacrificio por falta de energía o por dolores de algún tipo, sino un placer, el cuerpo puede considerarse ligero, aunque tenga unos kilos de más o de menos.
Si no es así, «antes que perder peso, deberíamos hablar de recuperar la salud», explica el doctor Karmelo Bizkarra, médico del Centro de Salud Vital Zuhaizpe.
LOS 4 FRENTES QUE DEBES ATENDER
Muchas veces no comemos por hambre, sino para tapar frustraciones, desamores, desencuentros o rabia no expresada, dice el doctor Bizkarra. Y desde su experiencia aconseja, para mantener un peso saludable en el tiempo, ocuparnos no solo de la salud física, sino también de atender los cuatro pilares básicos de la curación:
- Curar el cuerpo
- Armonizar las emociones
- Aquietar la mente
- Despertar la consciencia
Si no cuentas con ese nivel de energía óptimo para vivir, revisa tus hábitos alimentarios, pero no por perder peso, sino para ganar salud y bienestar.