Beber agua ayuda a combatir la retención

Muchas personas creen que beber agua va a empeorar el problema de retención de líquidos, y lo que sucede es todo lo contrario. Una de las causas de la retención de líquidos es precisamente no beber suficiente agua, se producen determinadas reacciones que impiden la eliminación de líquido del cuerpo.

Las señales de deshidratación activan determinadas reacciones, entre las que podemos citar:
. Liberación de histamina:
Cuando el cuerpo detecta un déficit de agua pone en marcha mecanismos de emergencia para impedir la eliminación de líquido por la orina. Entre ellos se puede citar la liberación de histamina que dilata los capilares aumentando su permeabilidad y permitiendo la entrada de líquidos desde la circulación a los tejidos. Esta histamina va a dar lugar también a problemas en la piel, picores, rojeces…ocasionando síntomas parecidos a los que produce una alergia. Algunos problemas de la piel tienen su origen en la deshidratación.
. Liberación de hormona antidiurética (vasopresina):
Ante la falta de agua, se activan determinados centros nerviosos del cerebro que estimulan la liberación de esta hormona. La vasopresina actúa sobre el riñón provocando un aumento de la reabsorción de agua y disminuyendo por tanto la cantidad de orina eliminada.
. Liberación de renina por los riñones:
La renina, mediante una serie de reacciones químicas produce angiotensina II que, entre otras acciones, se encarga aumentar la secreción de aldosterona, una hormona de la corteza suprarrenal que actúa sobre el riñón contribuyendo a la retención de agua.

La escasez de agua satura el sistema linfático de toxinas:
Gran cantidad de agua y un elevado porcentaje de toxinas tanto de origen interno como externo, se eliminan por el sistema linfático. Actualmente, debido a lo que respiramos y a todos los aditivos que hay en los alimentos nuestro cuerpo está saturado de toxinas, la circulación linfática también se satura y cada vez tiene menos capacidad de drenaje y desintoxicación del organismo, originando retención de líquido y en muchos casos sobrepeso por bloqueo metabólico de los tejidos.
Por tanto un cuerpo “tóxico” favorece la retención de líquido.

La importancia de beber agua
La ingesta de agua es fundamental porque:
– Evita las señales de deshidratación que activan los mecanismos de retención de agua no deseados
– Mejora el flujo linfático porque se vuelve más limpio y tiene mayor capacidad para drenar y depurar

Bebiendo al menos 2 litros de agua cada día te sentirás mucho mejor por dentro y por fuera.

ALGUNOS CONSEJOS MÁS PARA TRATAR Y PREVENIR LA RETENCIÓN DE LÍQUIDOS

Lo primero de todo es descartar un origen medicamentoso o afecciones en órganos como riñón, hígado o corazón consultando con un médico.

Cuándo debemos ir al médico
Cuando observemos un aumento de peso importante y repentino sin causa aparente.
Si al presionar la piel de las piernas queda una pequeña hendidura marcada y permanece un tiempo, puede tratarse de complicaciones en la circulación o en algún órgano.

Cuando la retención es por otras causas
• Seleccionar alimentos adecuados
– Las frutas y verduras son grandes aliados. Los flavonoides presentes en muchas frutas y hortalizas te ayudarán por su efecto decongestionante.
– Son muy recomendables los espárragos frescos, el pepino, los puerros (en caldo), las endibias, los cardos, las alcachofas…
Son alimentos que en general contienen sustancias que actúan como diurético natural. Activan el riego sanguíneo en los riñones aumentando la filtración y la eliminación de orina sin eliminar los minerales del cuerpo, favorecen el metabolismo y ayudan a la eliminación de grasa y toxinas.
• Tomar proteínas
Al comer proteínas, el hígado produce una sustancia que es la albúmina que pasa a la circulación. La albúmina tiene la propiedad de atraer agua a la circulación y evita que salga agua de la circulación hacia los tejidos. No hay que abusar del consumo pero sí tienen que estar presentes en la dieta. No hay que olvidar que las proteínas también se encuentran en vegetales como legumbres, cereales, semillas, frutos secos…

• Eliminar algunos alimentos
Entre los más perjudiciales se pueden citar: café, té, azúcar (añadido a bebidas o en bollería), grasas saturadas (margarinas, comidas preparadas…), exceso de sal, lácteos, carnes rojas, alcohol…

• Ejercicio físico
El ejercicio es clave ya que activa la circulación y ayuda a que el cuerpo arrastre el exceso de líquido.
Caminar o correr ligeramente una media hora al día es uno de los mejores ejercicios

 

Fuente: Centro Rubio Valor

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