«¿Cómo puedo comer limpio?» Es la primera pregunta que puede que ronde tu cabeza cuando escuchas el término alimentación limpia o clean eating. Y no, no tiene nada que ver con dejarlo todo recogido después de cocinar. Este concepto va más allá: «Comer Limpio quiere decir eliminar de tus platos y cocina alimentos e ingredientes que pueden crear un efecto inflamatorio o de hipersensibilidad al organismo», nos explica Carla Zaplana, dietista-nutricionista cuyos más de 100.000 seguidores siguen a diario en Instagram sus consejos sobre alimentación y bienestar.
Puede que esta no sea la primera vez que oyes esto de alimentación limpia. De hecho es un término –más utilizado en inglés– que se ha utilizado hasta la saciedad, sobre todo en redes sociales, donde el hashtag #cleaneating tiene más de 47 millones de resultados. ¿El problema? Tanto se ha hablado de el que ahora no tenemos muy claro de qué va y hay quién termina relacionándolo con conceptos erróneos.
¿Qué es la alimentación limpia?
Como intuirás, este tipo de dieta –no es realmente una al uso– apuesta por los alimentos saludables y destierra los ultraprocesados, de ahí su relación con el movimiento Realfooding. «Es prácticamente lo mismo en cuanto a alimentación física», nos explica Carla. «Pero para mi el ‘comer’ va más allá de lo físico, hace también referencia a lo que comemos de forma emocional, de qué nos rodeamos, qué sentimos, cómo reaccionamos frente a diferentes situaciones y cómo fluimos con la vida. Todos estos aspectos nos pueden ‘alimentar’ o ‘sacar’ energía y hacer que nuestra salud mejore o empeore».
Y aquí es donde entra la diferencia clave de la dieta limpia: su restricción se basa en sacar o reducir de la dieta aquellos alimentos que nuestro cuerpo no tolere bien.
El gluten y la lactosa en la dieta limpia
¿Tiene algo que ver el concepto de ‘comer limpio‘ con eliminar alguno de estos elementos mencionados de la dieta? «Sin duda», afirma la autora. «El gluten, sobretodo en alimentos procesados, puede crear molestias a muchos niveles en caso de ser sensible. Y cada vez hay un porcentaje de población más elevado que sufren de esta condición debido a la mala calidad de esta proteína que se encuentra en cereales como el gluten, la cebada o el centeno».
¿Significa eso que debes eliminar el gluten de tu dieta? No, no del todo. A no ser que seas celíaca, claro. Porque aunque el gluten no sea indispensable, hay alimentos que lo contienen que sí son ricos en otros nutrientes. Eliminarlo totalmente de la dieta porque sí puede incluso hacernos intolerantes a esta proteína después. «No tiene mucho sentido», explican desde Harvard Medical School. «Además puede que desperdicies tu dinero, porque los productos gluten free suelen ser caros».
Lo que la alimentación limpia propone, sobre todo, es eliminar los fritos, rebozados, comida basura, ultraprocesados, etc, que además de contener gluten, pueden ser también perjudiciales para la salud. Lo que al final tiene bastante sentido.
¿Y qué ocurre con la lactosa?
«La leche resulta indigesta para muchos adultos, dándonos el cuerpo a entender que no se trata de un alimento que pertenece al consumo humano», apunta Carla. «Además la caseína, una de sus proteínas más abundantes, aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades».
Cómo llevar una alimentación limpia
«Si debo poner una fecha, diría que sigo esta alimentación desde finales de 2012», nos cuenta la experta. «En ese entonces ya vivía en Estados Unidos y es allí donde me adentré en la alimentación basada en plantas, poniéndolo en práctica en mi casa, mi cuerpo y formándome. Iba experimentando varios beneficios: aumento de energía, desinflamación, mejor piel y mejores digestiones…, así que no dudé en quedarme con ella y empezar a difundir sus beneficios».
Y precisamente el seguir una alimentación plant based es lo que propone la autora. «Al final del libro hay una guía paso a paso para hacer la transición a una alimentación limpia en tres fases, la primera que aún incluye alimentos de origen animal, la segunda que es 100% vegetal y una tercera para cuando uno sienta llevar una alimentación más detox«.
Por tanto, la dieta limpia suma aquí una restricción más: el consumo de carne, ya sea eliminándolo totalmente de la dieta o bien reduciéndolo, como aconsejan hacer otros nutricionistas. No solo por el impacto que esta tiene sobre los animales y el medio ambiente, también porque se ha demostrado que un consumo excesivo de carne puede tener consecuencias negativas para la salud.
Alimentación limpia: recetas para llevarlo a cabo
Ya has visto que, en realidad, este tipo de dieta es bastante intuitiva. Apuesta por priorizar los alimentos vegetales, opta por la comida real, descarta el consumo de procesados… Y eso, aunque no lo creas no es tan difícil. Comer limpio también resulta delicioso y Carla Zaplana lo demuestra en su libro con algunas recetas e ideas que nos aproximan más a este concepto. Algunas de ellas las ha compartido en su perfil de Instagram, como esta tarta de zanahoria con ingredientes naturales y totalmente normales, a mano en cualquier súper, porque comer limpio no es ninguna rareza.
Puedes encontrar esta y más recetas en Comer Limpio, que está disponible a través de la plataforma Storytel en formato de audiolibro. Tienes la opción de descargarlo y escucharlo a través de la app mientras cocinas, sales a hacer ejercicio o simplemente relajándote. «Nunca había ofrecido antes ninguno de mis libros en este formato y la verdad es que lo encuentro muy interesante para llegar a otro tipo de audiencia que cada vez está creciendo más», explica la autora. «En el hablo de los siete pilares de mi filosofía, mi visión sobre la alimentación y nutrición natural y consciente, así como la resolución y desmitificación de muchas dudas sobre cada unos de los grupos de alimentos».
Fuente: Womens Health Mag