Un plan de ejercicio físico “activo” (como el que te mostramos a continuación) es básico para recuperar tus cifras de colesterol. Además, te permite regular otros parámetros que también contribuyen a que tu corazón esté fuerte y sano:
- Regulas tu tensión y la glucosa. Según la universidad de Minnesota (EE. UU.) las personas que hacen ejercicio aeróbico 30 minutos al día cinco veces a la semana disminuyen un 17% el riesgo de sufrir hipertensión. Además, el ejercicio es esencial, incluso en casos de diabetes, para mantener la glucosa “a raya”.
- Fortaleces tu corazón. No olvides que el corazón es un músculo. Al hacer deporte regularmente se alarga la fibra muscular cardiaca y esto hace que aumenten de tamaño las cavidades del corazón. Si está fuerte consigue impulsar una mayor cantidad de sangre en cada latido y logra transportar más oxígeno a través del cuerpo. Por ello, todo el organismo trabaja mejor.
CONTROLA EL “RITMO” DEL CORAZÓN
Ten en cuenta que el corazón de una persona sedentaria late unas 70 veces por minuto en reposo. Sin embargo, el de una persona que hace deporte regularmente lo hace 50 veces.
Al principio tu corazón bombea muchas veces para lograr hacer su trabajo (porque lo hace de forma poco eficiente) y por ello debes tener en cuenta tu frecuencia cardiaca máxima.
Calcúlalo. Resta tu edad a 220. Intenta que tus pulsaciones por minuto no sobrepasen esa cifra al practicar ejercicio, pues este es el valor óptimo al que debe latir tu corazón.