¿Correr por la mañana o por la noche?

A veces no podemos elegir cuándo entrenar. Bastante tenemos con sacar tiempo de huecos entre todas nuestras obligaciones para poder echar a correr un rato. A veces las agendas se complican tanto que tenemos que hacer auténticos malabarismos logísticos. Si tienes la suerte de poder elegir la hora de entreno, se supone que la mejor hora es por la tarde, antes de la cena, pero no hay un momento ideal, depende de cada persona. Lo importante es sacarle el mayor provecho a tu tirada, independientemente de lo temprano o tarde que la hagas. Aquí te enseñamos cuáles son los puntos fuertes y débiles del corredor según la hora del día.

Corredor matutino

Para muchas personas, la mañana es el único momento del día en el que pueden entrenar, aunque tal vez sea en el que menos les apetezca. Para otros, entre los que me incluyo, levantarse y echarse a correr supone un chute de energía que dura toda la jornada. El caso es que, por los motivos que sean, en cuanto sale el sol –o incluso antes– hay un buen número de gente trotando por calles, parques o senderos.

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Ventajas

Si sales a correr por la mañana, tu cuerpo recibe una dosis saludable de oxígeno y tu metabolismo necesita quemar más calorías porque lo habrás acelerado desde primera hora. Además, si entrenas a esta hora, es menos probable que tengas que cancelar un entrenamiento por cambios en tu agenda. Otra ventaja es que en verano te permitirá correr antes de que suba la temperatura.

Inconvenientes:

Justo después de levantarte tus articulaciones suelen estar aún bastante rígidas y los músculos tensos y poco flexibles. Por eso es importante que hagas un calentamiento dinámico antes de empezar a correr, para garantizar una buena coordinación y evitar lesiones.

Qué tipo de entreno es el mejor a esta hora

A esta hora se recomienda realizar un rodaje de recuperación, lo que algunos también llaman «trote cochinero», en el que se trata de correr muy despacio, manteniendo las pulsaciones bajas para regenerar el cuerpo y dejarlo listo para todo el día. Si solo puedes entrenar a esta hora, probablemente las tiradas largas las tendrás que dejar para el fin de semana, ya que una de las desventajas del que sale a correr temprano es que a menudo no tiene demasiado tiempo. Evita también los entrenamientos a intervalos de alta intensidad y las series porque a esta hora tu cuerpo no está preparado y eso aumenta el riesgo de lesión.

¿Antes o después del desayuno?

La eterna cuestión. Si desayunas después, quemarás más grasa, pero puedes sufrir mareos o sentirte muy débil. Si sales en ayunas, asegúrate de haberte hidratado bien, pues por la noche perdemos mucho líquido, y de que la víspera, antes de acostarte, hayas tomado algún alimento como yogur, o huevos, que te aporte proteínas para evitar la catabolización muscular. Lo ideal para rendir al máximo en un entreno matutino sería tomar una ingesta equilibrada de unas 400 kcal un par de horas antes, pero, claro, si sales a correr a las 7, supondría levantarte a las 5 de la mañana. Por eso yo recomiendo, si no corres en ayunas, tomar un bocado ligero, como una pieza de fruta, un bol con avena o un puñadito de frutos secos, antes de salir a correr.

Correr al mediodía

Muchos aprovechan la pausa del mediodía en su jornada laboral para entrenar. En lugar de meterse un menú de tres platos que le dejan a uno medio aturdido y casi roncando delante del ordenador, se inoculan todo un chute de energía.

Ventajas

Es el momento en el que tu potencial de rendimiento está al máximo y tu cuerpo aún no está muy cansado. A diferencia de por la mañana, al mediodía tus reservas de energía suelen seguir llenas y el esfuerzo físico se lleva mejor, por lo que es el momento ideal para realizar entrenamientos de alta intensidad. A esta hora aguantamos muy bien las sesiones de velocidad.

Inconvenientes

En este país, en verano el calor que impide un entreno en condiciones a estas horas. Y si estás aprovechando la pausa del mediodía, apenas tienes tiempo para entrenar, ducharte y comer algo antes de volver al trabajo; así que olvídate de las tiradas largas, que quedan relegadas al fin de semana.

Qué tipo de entreno es el mejor a esta hora

La pausa del mediodía es fantástica para, después del calentamiento, realizar fartlek, sesiones de velocidad y trabajo de series. En dos palabras, como a esta hora tampoco sueles disponer de demasiado tiempo, si entrenas al mediodía «date caña».

¿Antes o después de la comida?

Si vas a comer antes del entreno, que sea al menos media hora antes y siempre algo ligero que se digiera bien, pechuga de pollo y ensalada, un bocadillito de jamón, algo así. Yo siempre prefiero comer después de la carrera, aunque el entreno se haga más duro porque tus reservas de energía no estén del todo llenas.

Corredor vespertino

Desde el punto de vista físico, este es el mejor momento para realizar un entrenamiento completo, tu cuerpo ya está en marcha, con los músculos flexibles. Aun así, hay gente que a última hora del día encuentra especialmente penosas las tiradas largas. Yo, por ejemplo.

Ventajas

Como tu cuerpo ya está activado, no hay que calentar tanto como por la mañana. Dispones además de más tiempo, no suele haber ni obligaciones ni citas, así que puedes hacer tiradas más largas y entrenamientos más completos, dedicando más tiempo a los estiramientos o a fortalecer el core o los glúteos. Por otro lado, los entrenamientos tranquilos a esta hora estimulan la quema de grasa mientras duermes. En cualquier caso, salir a correr cuando ya has acabado con tus obligaciones te relaja, te ayuda a recuperar la tranquilidad después del ajetreo de una jornada intensa y te prepara para el descanso.

Desventajas

Aunque sea relajante y desestresante, entrenar a última hora del día puede evitarte conciliar el sueño. Al hacer ejercicio liberamos adrenalina y otros neurotransmisores que desencadenan la activación del estado de alerta: esa reacción de lucha o huida del sistema nervioso. Si eso te sucede, trata de acabar de correr al menos dos horas antes de ir a dormir y evita también los entrenamientos a intervalos de alta intensidad, mejor limítate, como por la mañana, a un rodaje de recuperación.

¿Antes o después de la cena?

Siempre antes de la cena, pero eso sí, para aguantar con tus reservas al máximo posible, tómate un snack ligero al menos media hora antes de salir. Y otra cosa, cuando llegues a casa después del entreno, te sentirás famélico. Para evitar que vacíes la nevera, o peor aún, que acabes con todas las galletas que guardas en la despensa, tómate algo para «engañar» el estómago hasta que puedas sentarte a la mesa: un plátano, un par de dátiles o una bebida rehidratante. En ocasiones, puedes incluso tomarte una cerveza, que te lo has ganado.

Fuente: Runners World

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