Uno de los términos que más se escucha cuando se habla del control del peso es la palabra “metabolismo”. La gente suele decir que su aumento de peso se debe a que el metabolismo ha disminuido. Pero ¿sabes qué es el metabolismo?, ¿es cierto que influye en el control del peso?, ¿es posible manipularlo para poder bajar de peso? Esta nota tratará de responder estas preguntas.
Para entender lo que es el metabolismo, hay que entender que nuestro organismo funciona usando la energía que producen nuestras células y tejidos; si no produjéramos energía, simplemente no podríamos existir. Nuestro organismo funciona en un constante y delicado balance entre producción y administración de energía y eso es precisamente lo que es el metabolismo: el modo en el que nuestro organismo produce y administra la energía que necesita para funcionar. El metabolismo se hace a cada momento en todas las células, tejidos y órganos de nuestro cuerpo.
Si es que hay algún órgano que se puede decir que controla el metabolismo es la glándula tiroides, órgano que se encuentra en la parte delantera del cuello, debajo de la manzana de Adán. Es por eso que en la evaluación de todo paciente con sobrepeso, es importante comprobar siempre que la glándula no esté funcionando deficientemente, algo que se hace muy fácilmente midiendo la concentración de una hormona en la sangre llamada foliculoestimulante o FSH (follicle-stimulating hormone).
Suponiendo que la glándula tiroides funciona normalmente, ¿es posible manipular nuestro metabolismo para así poder quemar más calorías y poder bajar de peso? La ciencia no es clara al respecto, pero hay algunos datos importantes.
¿Es posible acelerar nuestro metabolismo?
En primer lugar, es importante saber que los órganos más importantes para controlar el ritmo del metabolismo son los músculos. En ese sentido, múltiples estudios coinciden en que desarrollar la musculatura es probablemente el elemento más importante para aumentar el metabolismo y bajar de peso. Este dato adquiere mayor importancia cuando consideramos que aproximadamente 40% del peso de un hombre adulto y 30% del peso de una mujer adulta está constituido por los músculos. De tal modo que el desarrollar nuestra masa muscular con ejercicios anaeróbicos diarios puede hacer que nuestros músculos se conviertan en “quemadores naturales” de calorías con lo que es posible aumentar nuestro metabolismo y bajar de peso. Los músculos queman apróximadamente tres veces más calorías que la grasa.
Recordemos que los ejercicios son de dos tipos: aeróbicos y anaeróbicos y ambos son muy importantes. Los ejercicios aeróbicos son aquellos que nos agotan físicamente y nos hacen sudar, tales como correr, nadar, jugar fútbol o usar una máquina para correr. Los ejercicios anaeróbicos son aquellos que se hacen en un punto fijo y que aumentan la masa muscular. El levantamiento de pesas es el mejor ejemplo.
Cómo podemos acelerar nuestro metabolismo
Otras intervenciones que pueden ayudar a aumentar el metabolismo, y por lo tanto ayudar en el control del peso son:
- Hacer actividad física aeróbica diaria, lo cual hace que nuestro metabolismo permanezca en estado de “activación” permanente.
- Hidratarse constantemente con agua, evitando bebidas azucaradas. El agua es el mejor combustible para activar el metabolismo.
- Comer porciones pequeñas de alimentos, repartidas varias veces durante el día. Aquellas personas que no toman desayuno, aquellas que pasan períodos largos de ayuno y las que entran en dietas estrictas “engañan” a su sistema de energía haciéndoles creer que están en “período de hambruna” por lo que el metabolismo disminuye para conservar energía.
- Consumir mayor cantidad de proteínas porque para “procesarlas” el cuerpo consume mayor cantidad de calorías. Carnes blancas, pescado y vegetales ricos en proteínas como la soya y la quinua son buenas opciones.
- Hay algunos estudios que indican que consumir de 2 a 4 tazas diarias de té verde u oolong pueden aumentar el metabolismo.
En resumen, el metabolismo puede ser manipulado con cambios relativamente simples en nuestro estilo de vida, el cual, en último término, es el que determina el ritmo de nuestro metabolismo.
Fuente: AARP