Acelerar el metabolismo para bajar de peso

1 / 6 No beber suficiente agua

Aunque normalmente se dice que necesitamos unos 2 litros (8 vasos) que son los que sirven para reponer la que se pierde, lo expertos aseguran que hay que beber siempre que se tenga sed. El problema es que esa sensación se pierde si no se bebe (y con la edad).

  • Tener una botella encima de tu escritorio o en el bolso hará que te «acuerdes» más a menudo de beber agua.

El agua puede ser una estupenda ayuda para perder peso, lo dice hasta la Revista Americana de Endocrinología y Metabolismo que afirma que beber la cantidad que necesita el organismo ayuda a frenar la obesidad.

Y mejor si es fría (no helada)

El organismo se activa para «calentar» el agua según su temperatura interior.

2 / 6 Tomar, sin darte cuenta, un exceso de azúcares

La dieta perfecta es aquella que consigue darte lo que tu cuerpo necesita sin sumar kilos de más. Pero eso no significa dejar de recibir algún nutriente (piensa que incluso las grasas, en su justa medida, son necesarias) sino comer variado y en las cantidades lógicas.

Pero se cae en excesos

Algunas de las personas que desean adelgazar evitan a toda costa las grasas. Sin embargo, caen en otro error: abusar de los hidratos de carbono de absorción rápida que se convierten también en grasas.

  • No hay que dejar de tomar carbohidratos de absorción lenta que se hallan en frutas y verduras porque además aportan otras sustancias beneficiosas. Además, el arroz, el pan y la pasta integrales te ayudarán a mantener un tránsito intestinal regular y eso también contribuye al control del peso. El secreto está en la cantidad y en no usar salsas calóricas.

3 / 6 No hacer 5 o 6 comidas diarias

Científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han comprobado que los jóvenes que comen más de 4 veces al día son más delgados.

·El cuerpo se vuelve lento

Si no realizas las cinco o seis comidas diarias, es cierto que el organismo no recibe calorías (lo cual tampoco es sano), pero se frena la quema de las acumuladas.
Si pasas muchas horas sin comer, tu organismo rebaja su metabolismo drásticamente y reduce la quema de grasas.

No olvides que… El gasto calórico aumenta inmediatamente después de comer. Y ocurre así porque el cuerpo necesita digerir los nutrientes y utiliza energía en ello.
Los expertos lo denominan “gasto energético postprandial” y si no comes no se produce. El problema es que siempre comemos más de lo que el cuerpo quema y si no le ayudamos con una dieta equilibrada y ejercicio, las calorías se acumulan.

4 / 6 No incluir proteína en el desayuno

Se ha comprobado que ingerir proteínas a primera hora de la mañana es una buena ayuda para  dar un empujón a tu metabolismo.
Además, a esas horas se puede aprovechar más su efecto saciante y hará que no tengas un ataque de hambre a media mañana.

·Qué incluir:

-2 días por semana puedes incluir un huevo duro o una tortilla (y restarlo del consumo total de huevos de la semana).
-O puedes incluir un minibocadillo de atún, de fiambre de pavo o de jamón curado.

5 / 6 Menos de 1.200 Kcal al día

Existen dietas que pueden tentarte con el reclamo de que te aportan únicamente 1.000 calorías. Estas dietas no son saludables. Tu organismo requiere suficientes calorías para cumplir con las funciones básicas y mantener su equilibrio. Comer bajo mínimos no es garantía de perder peso y mucho menos de comer bien y mantener la salud.

  • Hacer una dieta es adquirir unos hábitos de alimentación saludable que puedas mantener ya de forma habitual, porque estarás comiendo lo que tu cuerpo necesita, ni más, ni menos.

El cuerpo «ahorra»

  1. Tomando una dieta inferior a 1.500 kcal solo consigues que tu organismo se vuelva “ahorrador”.
  2. Y además de no perder peso, también irá lento a la hora de reparar los tejidos o de realizar sus funciones.

6 / 6 No tomar alimentos con enzimas «activas»

Las enzimas son proteínas que favorecen las reacciones químicas del organismo.
Las verduras, las hortalizas, las frutas…contienen enzimas que mejoran el metabolismo porque favorecen la digestión.

Las encuentras en…

  • La piña es el mejor ejemplo. Contiene bromelina, que rompe las proteínas en compuestos más sencillos y facilita su digestión.
  • También los germinados, los frutos secos, y los productos fermentados como el yogur.
 

TENTACIONES QUE SÍ TE PUEDES PERMITIR

Cuando las dietas que se han seguido son muchas y demasiado estrictas se acaban confundiendo las cosas y todo lo que no sea un plato de verdura parece un capricho. Pero no es así.

Hay alimentos que pueden, y deben, formar parte de tu dieta. Si consigues que no te dominen las ansias por comerlos (y no excederte en las cantidades) estarás logrando tu objetivo: perder peso sin sufrir.

Sí puedes tomar (con moderación):

  • Pipas: Contienen grasas saludables, zinc, hierro, ácido fólico y vitaminas E y B. Una ración de unos 50 gramos sin pelar (25 gramos peladas o, lo que es su equivalente, unas 20 pipas) suman 140 kcal. Puede parecer mucho, pero tan solo son 50 más que una manzana grande. Ese puñadito entre horas con una infusión o un yogur no desequilibrará tu dieta.
  • Pasta italiana: Es un alimento que no contiene colesterol ni grasas saturadas, siempre que no llenes el plato de carne, salsa y queso. Lo ideal es ceñirse a las raciones sanas (60 g en crudo) y elegir una salsa ligera, como la de yogur, para acompañarla. Unos champiñones laminados y un chorrito de aceite es otra forma de enriquecerla.
  • Pizza: Reserva un día para tomarla y acompáñala de una ensalada. Evita los ingredientes más grasos (beicon, salami…) y opta por hacerla tú o comprarla en supermercados porque así puedes ver la cantidad de sal y grasas añadidas.
  • Aceitunas: Doce aceitunas aportan unas 60 calorías. ¿A qué no es tanto? Además, al tomarlas obtienes calcio, vitamina E y fibra. Para no acabar comiendo de más, procura servirte (o apartarte) esa cantidad y saborearlas muy
    lentamente. Si vas cogiendo de la bolsa o de un bol donde hay muchas, te resultará más difícil frenarte.
  • Palomitas: ¡Siempre que sean caseras! Si te gustan… no te reprimas: se ha comprobado que contienen polifenoles antioxidantes. El problema son las raciones excesivas y el hecho de elegirlas industriales porque se les añaden grasas no saludables. Recurre al método tradicional, “explotando” los granos en una cacerola

Fuente: Saber Vivir

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